Me he encontrado con personas que no creen en los apóstoles actuales debido a que dicen que el canon bíblico ya fue cerrado y por lo tanto el trabajo apostólico ya se hizo, Dios ya habló todo lo que debía hablar y Cristo no se le puede aparecer a alguien hoy en día así como lo hizo con Saulo
La primera pregunta que me hago es ¿Quién nos enseñó que el canon bíblico está cerrado? Algunos me responden con la Apocalipsis qué habla de la maldición para quien añada, pero es ahí donde una pregunta me nace ¿Esa declaración se refiere a la biblia o solo a la profecía de la revelación (Apocalipsis)?
Creer que Dios no habla hoy es una blasfemia, ya que nos referiríamos a un dios limitado, tan poca cosa, que lo único que nos puede dejar es un libro, bueno sesenta y seis, dados a conocer por hombres corruptos que solo les interesaba la política y qué habla más de la desgracia de Salomón que de la integridad de Enoc
Es la religión la que me enseñó que el canon bíblico estaba cerrado, es la religión que quiere evitar que en mí emerja una unción profética para que se cumpla la palabra, es la religión la que me quiere mantener esclavo de un edificio y llamarlo templo aún cuando la palabra dice que el templo soy yo y es la religión la que me habla de un dios lejano, de un rey, de un Cristo que está allá y no aquí, en mí; es la religión que me dice dale gracias al Padre porque es por su misericordia que el te da lo que te da y no lo hace por amor, no en respuesta por buscar primeramente el reino de Dios y su justicia, esa religión que me esclavizaba, que no me permitía escuchar el HOY de Dios y que me mantenía como un ciervo, una oveja, siendo yo hijo, siendo yo León y siendo yo espíritu salido de, como dice Enoc, el Señor de los espíritus
El juicio está dictando contra la religión, contra Babilonia, contra la gran ramera, salgan de ella pueblo mío, dice el Señor Todopoderoso
Creer que Dios no habla hoy es una blasfemia, ya que nos referiríamos a un dios limitado, tan poca cosa, que lo único que nos puede dejar es un libro, bueno sesenta y seis, dados a conocer por hombres corruptos que solo les interesaba la política y qué habla más de la desgracia de Salomón que de la integridad de Enoc
Es la religión la que me enseñó que el canon bíblico estaba cerrado, es la religión que quiere evitar que en mí emerja una unción profética para que se cumpla la palabra, es la religión la que me quiere mantener esclavo de un edificio y llamarlo templo aún cuando la palabra dice que el templo soy yo y es la religión la que me habla de un dios lejano, de un rey, de un Cristo que está allá y no aquí, en mí; es la religión que me dice dale gracias al Padre porque es por su misericordia que el te da lo que te da y no lo hace por amor, no en respuesta por buscar primeramente el reino de Dios y su justicia, esa religión que me esclavizaba, que no me permitía escuchar el HOY de Dios y que me mantenía como un ciervo, una oveja, siendo yo hijo, siendo yo León y siendo yo espíritu salido de, como dice Enoc, el Señor de los espíritus
El juicio está dictando contra la religión, contra Babilonia, contra la gran ramera, salgan de ella pueblo mío, dice el Señor Todopoderoso
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